En la década de 1990, Francisco Maturana, junto a una generación maravillosa, le mostró al mundo que en Colombia también había fútbol. Eran tiempos difíciles, en los que el narcotráfico acaparaba los titulares del país. Sin embargo, la herencia de esos años le dio a nuestro fútbol una identidad por primera vez. Hoy, en tiempos de crisis después de la eliminación de Catar 2022, la selección de Colombia añora esa época efímera.