El 15 de julio de 2003 el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez acordó con los jefes paramilitares de las AUC su dejación de las armas. Las negociaciones, que solo duraron seis meses, dieron como resultado un acuerdo de 10 puntos que fue firmado en Santafé de Ralito, Tierralta (Córdoba). Errores y omisiones en este proceso permitieron el acelerado reciclaje de la violencia en los territorios donde los 'paras' tenían el control.