Seis semanas después de la toma del poder por parte de los talibanes, el caos económico en Afganistán continúa. Los bancos limitan los retiros de fondos, y la moneda del país está en caída libre, mientras los precios de los alimentos básicos se disparan. Millones de personas en Kabul luchan por poner comida en la mesa, advierte el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.