Al menos 55 muertos dejan hasta el momento el terremoto de 7,6 grados y sus múltiples réplicas que azotaron a Japón en el día de Año Nuevo. Los sismos destrozaron miles de viviendas, carreteras y vehículos. Un día después, muchos ciudadanos de la zona más afectada se ven golpeados tanto en la pérdida de sus bienes como en su salud mental.